Los bribones

 Todos conocemos la historia de España, la guerra civil, donde las tropas del general Franco fueron abatidas dándole la victoria a los republicanos, quedando el territorio nacional en manos de traidores comunistas, bolcheviques, que tras la victoria del frente popular, no vacilaron en expropiar a la Iglesia y enviar al exilio a los Bribones, esa familia impecable, honesta, sin mancha original, de sangre azul. Y claro, ahora los informativos de esta España negra, traen a colación propaganda subversiva, de mal gusto, acerca del cipote del campechano, el antiguo monarca Bribón I. Nos cuentan, que debido a una deformidad congénita, el miembro sobrepasaba la rodilla, con un peso de tres kilos, encurvándole las anchas espaldas y haciendo que sus andares fueran ligeramente arqueados, ya ves, todos altos como pinos, fachorros, los rostros hieráticos, como el cemento, unos intestinos a prueba de bomba, con una presencia de quitar el hipo. Que si necesitaba cojines de apoyo y respaldo, un carrito. Pobre, él, patriota, samaritano, que no mataba una mosca porque los elefantes pasaban de largo, siempre tan pacifista. Recluidos en Siberia, en un piso de protección oficial. Hay que reconocer que los rusos se han portado de maravilla, un recibimiento con sus mejores galas, mucho frío, eso sí, la casa sin calefacción y el baño comunitario, en el pasillo, junto a la escalera, un décimo, sin ascensor. Parece ser que Putin, con ese gran corazón, tan comprensivo y dialogante, les hace llegar vodka, cajas y cajas, para que entren en calor. Conociendo el percal del resto de monarquías del mundo, ladrones, violadores, asesinos, cómplices de guerras, dando por el culo al pueblo, metiendo la mano hasta el fondo en las arcas del Estado, con los peores vicios, todos inconfesables y los nuestros, modositos, religiosos, ligando tan bien con el ejército, guardias civiles y policías, que velan por nuestra seguridad. Es lamentable escuchar del rojerío, llevados por el odio de clase, la envidia, que si vieron a uno, no sé quién, un cuñado, un yerno, en taparrabos, desorientado por las calles y acogido amablemente por meretrices que no dudaron en asistirle con una sopa de ajos bien calentita, ellos acostumbrados a palacios, yates, residencias de verano, a todo tren. Las noticias llegan de Dubai, dolidos ante la falta de recursos, que cuentan con poca ropa, un par de abrigos, monos azules, el color favorito de la derecha, comprensible, y gorros con una hoz y el martillo. Recordemos que Rusia les ofreció asilo político y dicha jugada originó ciertas tensiones diplomáticas, bajo el pretexto de un plan de "reconversión". Ahora son ejemplo de buena conducta, han aprendido un idioma, madrugan, retiran la nieve con palas, conducen autobuses urbanos y a base de cartillas de racionamiento, con esfuerzo, llegan a fin de mes. Peor le ha ido a la familia real británica, que ante el brote del comunismo han terminado viviendo en los establos, con los caballos, comiendo a base de alfalfa, mondas hervidas de patatas, pulpa de algarroba y té. El azote de ideologías extremas, los desposeídos, enrabietados como lobos, ratas, hartos de las cunetas, de apretarse el cinturón, los despidos masivos, frente al despilfarro de las clases pudientes, finas, elegantes, originó el descontento de la chusma, la masa sucia, ordinaria, que apelotonados como cerdos, tomaron las calles por la fuerza, sin respeto alguno por las gentes de buenas costumbres, ricos, con abundantes reservas de oro y dueños de las principales industrias. Enciendo la radio y hablan de la macrosomía genital del Bribón VII, "El Deseado", un felón de más de treinta centímetros, con el grosor de un puño en su extremidad. Sus dos primeras esposas mueren atravesadas, empaladas, a causa de las heridas internas, la tercera y cuarta, junto con las amantes, huían despavoridas y aterradas ante descomunal "aparato represor". Con tanto trajín entre primos, ocurre en las mejores familias. Pero que con el clítoris pasa igual, adquieren dimensiones enormes que cuelgan entre las piernas. A continuación se escucha La Internacional. "Camaradas, ocho de noviembre, tiempo soleado, cinco grados en Madrid", maldito despertador, coño.

Imagen: Michael Cheval/Pinterest


Joaquín Sabina. Princesa

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