La suegra diabólica

Voy a hablar del descarte narcisista. Otro día hablaré de la venenosa suegra narcisista, en psicología, de manera coloquial, la suegra del infierno. Puede ser el suegro, pero en este caso, es la suegra: "Ahora vas a saber quién soy yo". Esta es la tarjeta de presentación, la que dirige, la que controla que todo marche sobre ruedas en lo que concierne al "niño dorado", el preferido, al que crío como a un Dios, a imagen y semejanza de ella. La matriarca. Todos recuerdan La casa de Bernarda Alba, verdad. Esto no es un circo, un plató de televisión para descerebrados, un chiste, no dependemos del share, ni un partido de fútbol, una Champion. Es Psicología Clínica. "Es la madre de Antonio David quién quiere que Olga Moreno siga manteniendo la boca cerrada", esta frase es mucho más valiosa que lo que pueda opinar Alejandra Rubio o Ana María Aldón. Dicha por un vecino, un testigo ocular, Tony. Hijos, suegros y cuñados, dónde hay un narcisista la familia entera gira en torno a esa pieza a modo de secta infranqueable, es una tela de araña con sus huevos colocados de forma sibilina. Son los monos voladores. En jerga coloquial, se llaman "monos voladores" a los palmeros, los peones, igualmente "utilizados", a disposición del "depredador emocional". Los narcisistas responden a ciertos patrones a la hora de realizar sus conquistas. Vamos a observar el mismo patrón hacia Rocío Carrasco y Olga Moreno y que tan fiel reflejó la docuserie "Rocío, contar la verdad para seguir viva". En cinco fases: 1. Elección de la víctima. 2. Enamoramiento. 3. Aislamiento. 4. Control. 5. Abandono o descarte. En la primera fase el narcisista entra en contacto con la víctima a través del grupo social, utiliza su encanto para integrarse y seleccionar la persona que considera su objetivo. En la segunda fase consigue hacer dependiente a la víctima gracias a fingir el papel de enamorado, hasta hacerle creer que es su media naranja, el alma gemela, la persona de su vida. La única verdad es que el narcisista no quiere a nadie, ni esposa, marido e hijos, es incapaz de sentir amor. Aquí, la víctima rendida a sus encantos e indefensa, se inician los modos agresivos. En la tercera fase, aísla a la víctima para romper todo soporte social. En la cuarta fase el narcisista ya toma el control de su vida a través de técnicas manipulatorias que sumirán a la víctima en el desconcierto más absoluto. Y llegamos a la quinta fase, el descarte o abandono. La finalidad es destruir completamente a esa persona que ya no le sirve. Hace sentir a la víctima que no vale nada, así justifica el abandono. Se desconecta y enfoca en la nueva fuente de suministro. A estas sustitutas, ocasionales o fijas, que el narcisista "utiliza", la psicología lo denomina "suministro". La víctima vivirá este proceso con estupor y humillación. Recordemos que la víctima ha sufrido en silencio aparentando una unión feliz. El narcisista fuerza, entre cuatro paredes, a través de amenazas, vejaciones, ofensas e incluso agresiones físicas, a mantener públicamente la imagen de pareja impecable, familia feliz, sin una sola grieta que desvele lo contrario, lo que tanto trabajo le costó presentar en sociedad. En algunos casos los hijos desconocen el maltrato y en caso de conocerlo el narcisista se encargará de ofrecerles una versión del buen samaritano, que se sacrifica por los demás mientras su pareja no es capaz de afrontar la relación de una forma coherente. Es la visión distorsionada. Todo ocurre a espaldas del mundo. Milimétricamente planificado. Tanto Rocío como Olga aparentemente dejan a Antonio David, pero desde la psicología, el descarte ya lo hizo el narcisista, que cuenta con una o varias sustitutas a la vez. Rocío tuvo el apoyo de Fidel y ayuda psicológica. Olga continúa en la red a merced del narcisista, a pesar de los trámites de separación. Tiene por delante una tarea difícil, volverse a recomponer, colocar cada pieza en su lugar. Da miedo imaginarlo. Le espera el calvario que vivió Rocío, acompañada del descrédito de la gente. Y el próximo suministro de Antonio David pasará por lo mismo que las anteriores, idéntica cruz, lágrimas de sangre. Es para pensárselo. Un individuo de esta calaña, acostumbrado a salirse con la suya, cualquier fémina, con dos dedos de frente, escaparía, correría como alma que lleva el Diablo, el precio es carísimo, brutal, inhumano. Luisa Carrasco, madre del ex guardia civil, "maldad en estado puro", que indignó a la audiencia con acusaciones a Rocío Carrasco totalmente irracionales, destapando su naturaleza perversa, diabólica, satánica, imaginarla ahora como desde el mismo trono de Belcebú, rodeada del resto de demonios, custodiando a Olga Moreno para "que no se pase de la raya". Una película de terror, digna de Stephen King.

Imagen: Dadaísmo




 




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