Je t'aime
Si conocen el tema tienen más años que Matusalén, o no. A ver, carcamales, Je t'aime, moi non plus, te amo, yo tampoco, con letra y música de Serge Gainsbourg, arreglos a cargo de Arthur Greenslade. Interpretada por el propio autor y Jane Birkin. Originó escándalos, morbo y prohibiciones, tela de la buena, tampoco voy a explayarme con la de material que existe publicado en internet. Se grabó en 1968 y publicó en 1969. La cuestión es que encuentro la pieza musical en el salón de Carmen, de casualidad. Recuerdo que en casa de mis padres se guardaba como oro en paño, dentro de una alacena que resultaba imposible alcanzar a no ser con escalera. Un misterio. En la adolescencia y aprovechando que un profesor de filosofía vivía encima, en el sexto, una tarde, de visita, saqué el tema: "Oh, es en una letra absurda, facilona, sexo entre un hombre y una mujer. Un montaje comercial en la industria musical". El tabú de la época. En tiempos del franquismo, a ver quién tenía las pelotas de ponerlo a todo volumen. Ibas a la cárcel. Mientras, el Caudillo y los Borbones gozando de la pornografía en cinemascope, con cine propio. "Súbelo, lo escucharemos juntos". Mi madre, con la mosca detrás de la oreja, "menudo depravado". En su armario y bajo llave. Fin de la película. La experiencia de Carmen fue muy distinta. Una vez descubrió el famoso disco y su historia, propuso a sus amigas de la pandilla un reto de naturaleza erótica y sexual. Una especie de representación, un teatrillo, en la que, por turno, cada niña se desnudaba dejándose acariciar y besar por Carmen, con la canción de fondo. Finalmente, dependiendo de lo que se esmerara cada una, y de sus aptitudes amatorias, un sistema de puntuación, la que obtuviera más puntos, premio, un obsequio que consistía en un libro, un bolso, un colgante, lo que fuera, lo que a Carmen le viniera en gana y tuviera a mano. "Vaya morro, así se las gastan los ricos". "C'était un concours, avec des intérêts pédagogiques, nous avions 10, 11 ans". "Ahora arréglalo así, una mente calenturienta, una guarra, de armas tomar, una gángster", "Belén, no empieces a sacar todo de madre, chica, tampoco es para tanto, exagerada", "va faire des sandwichs, j'ai du beurre de cacahuète, et lave-toi la bouche quand tu vas aux toilettes, chérie". Sigo retomando la conversación. Después, más tarde, llegaría al cine Emmanuelle, protagonizada por Sylvia Kristel, inspirada en la novela de Emmanuelle Arsan, en 1974. Evitó la calificación X, con escenas de sexo, además de violación, masturbación, en el mítico sillón de mimbre Peacock, que se convirtió en tótem, moda, icono, formando parte del mobiliario obrero y clase media en los hogares españoles. "C'est vrai, j'ai l'album et le film". "Aquí traigo los bocadillos, una de Cincuenta sombras de Grey y hacemos unas pajillas comunitarias, un intercambio, para variar". Lo siento, tengo que reírme aunque no quiera. Belén riza el rizo, sabe hacerlo, es natural, a saco, como una burra, a toda mecha. "Te quedas en el 2015, si es sesión continua habrá que pasarse a Cien sombras liberadas, del 2018". "Quinientas sombras que salen de mi coño, la que estoy rodando ahora, de bajo presupuesto, listo". "Qué mosca te picó", "paso de estas conversaciones a lo Berlanga, ni J'ai t'aime,moi non plus, ni Emmanuelle, ni El último tango en París, ni las cincuenta sombras de los cojones, es altamente repulsiva, la maldita represión". Ajá, cierto, nunca mejor dicho, la maldita represión, tomo nota. Podemos continuar por otros derroteros, El silencio de los corderos, año 1991, Jodie Foster, Anthony Hopkins, y aunque parezca aberrante el personaje de Hannibal Lecter, desde la teoría psicodinámica, el psicoanálisis, el perfil psicológico puede estar relacionado con las películas mencionadas, más de lo que podría sospechar cualquiera. "Tout à fait raison, je pense pareil, tu as choisi un film réussi, bravo". "De acuerdo, la vi tres veces, una cuarta, no, figura". Nos comemos los bocatas, y a la calle, a cagar de campo. Una conversación constructiva, anda que no.
Imagen: discogs.com
