Goodbye verano

 El primer informe sobre Afganistán en la mesa, el segundo, sobre los simulacros navales que iniciarán Rusia e Irán en el Mar Caspio, cinco reuniones, dos, de carácter extraordinario, jueves, viernes y la mañana del sábado. Me gustan las mujeres guapas, altas, delgadas, inteligentes, independientes, con carácter, que saben lo que quieren, a donde van. Y nada ni nadie las detiene. Una aclaración, porque la olla a presión, arde. Y explotará. Entre libros y versos discurre la vida. Y este despacho conectado al mundo, de forma extraña, para que después algún bobalicón discuta que "volvemos a encarrilarnos en la normalidad". No hay futuro, solo presente. El futuro es una ilusión fruto de proyecciones. Ayer, en Salamanca, dos personas eran tiroteadas por la espalda mientras paseaban plácidamente por alguien que ni siquiera conocían. Creo que me explico de maravilla. Valorar el presente es más que una necesidad, es una toma de conciencia. Cuanto tiempo sin escuchar a Ana Belén, setenta años cumplidos. Un compañero ha cenado con ella y me cuenta. Yo la recuerdo en aquel rodaje, Traición, cuyo primer episodio se emitió el veintiocho de noviembre de 2017 y el último, el treinta de mayo de 2018 y, anteriormente, Petra Delicado, un fiasco para TVE, con Santiago Segura. "Aceptar lo que no puedes cambiar". Un lema que lo haré eterno, lo más coherente, sin trampa ni cartón. "Esto es para usted". Un iPhone 12 Pro, en azul pacífico. He llevado un Doogee durante dos años, recientemente, Umidigi. Será para Carmen, Belén usa Samsung, no quiere otra marca. "Luces de Bohemia", de Valle-Inclán. "Gracias, Luisa", "una manera de mirar el mundo". Era 1920, una España degradada, llena de corrupción, "esperpéntica". Y aunque los expertos identifican la obra con los últimos días de Alejandro Sawa, por el paralelismo de "coincidencias", pienso que al autor le alimentaron tantos marqueses de Bradomín generados por circunstancias históricas y que jamás se fueron, son inmortales. Ya mencioné en otra ocasión que uno de sus nietos, psiquiatra, daba clases en la facultad de Psicología, en Santiago de Compostela, Fernando del Valle-Inclán Alsina, catedrático, en el Departamento de Psicología Básica. A la hora del café, una encuesta: "Como te gustaría ser recordado". "De ninguna manera". Esta respuesta provoca risas entre ingenuos, y los más inteligentes asienten con la cabeza. No quiero frases lapidarias después de muerto, prefiero realidades en vida. Amor, quizá nos toquemos, entonces. Otra vez sin tabaco. En la máquina no queda Lucky, pues, nada, Camel, tampoco, Chesterfield, acierto, por los pelos, Philip Morris, la cuarta marca en cuanto a volumen de ventas y décimo lugar en el mercado internacional. Hoy comemos en casa de Belén, creo que prepara ensaladilla rusa. "Ensaladilla y croquetas de jamón, figura". Perfecto, pasión por las dos cosas. De camino, para casa, "toma, Julio, me acordé". Bombones Ferrero Rocher, una caja. Que vicio tiene, los ojos como platos. Oliverio Girondo, Tomás de Iriarte, Nicolás Guillén, quien no se rinde ante tan inmenso placer convertido en beso, abrazo, lengua, sueño, viaje, ilusión, coito, tentación, comunión, encuentro, despedida. "Te siento con chocolate, que sabe mejor". Maldita costumbre de pensar en voz alta, un impulso. Por favor, sube el volumen de la radio, esa canción: "Y mientras tanto yo, seguía sonriendo, imaginando sus manos en mi espalda, sintiendo entre mis dedos el recuerdo de una piel jamás acariciada". Cualquier tiempo es feliz o casi. Prefiero traducirlo así. Alejar las tormentas sin remedio, arrancar las espinas de la boca, derrumbar las murallas que cercan al alma. "Belén, compra kiwis, no tengo en casa". El tráfico en Madrid, me encanta.


Derramando nuestros sueños

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