Bizkaia, 1962

 Setenta y dos libros publicados en euskera. Poesía, cuentos, relatos, literatura infantil y juvenil. Profesora, traductora y filóloga vasca, nacida en Lekeitio, Bizkaia, 1962. Miren Agur Meabe, primera autora en ganar el Premio Nacional de Poesía 2021 con una obra en euskera, "Nola gorde errautsa kolkoan", traducido al castellano, "Cómo guardar ceniza en los pechos", de la editorial Susa. "Elaborado a lo largo de diez años, reúne magistralmente la amargura del paso de los años y una vitalidad y frescura inquebrantables". Un premio que, aunque la retribución económica no es elevada, sí lo es en su importancia. He seleccionado dos poemas del 2012, teniendo en cuenta que todo lo que tenga que ver con datos biográficos, extensa trayectoria y numerosos premios, pueden consultarlo en las redes. Vamos con el primero: Contraseñas. "Tenía entendido que el amor era un círculo, un anillo perfecto y quieto sin alfa ni omega. Pero yo creo que el amor es un cubo suspendido en el vacío con movimiento helicoidal y que no admite descripción ni definición de ningún tipo. Porque cada cara del cubo es cambiante y metamórfica, y no tiene nombre, ni tiene carácter". El segundo poema se titula Los tres deseos: "El viento me trae un recuerdo. Es la misma brisa de cuando mi alma brillaba como las rocas. Tenía dieciséis años y tres deseos: cabeza de lechuza, corazón de cierva, sexo de pantera. El viento, veinte años más tarde, mece al Árbol de la Vida. Contemplo los frutos maduros a sus pies, como rezuman la ironía del tiempo, como se pudren, impotentes y asombrados por el hoy de aquella joven que se rebautizó a sí misma Yo Soy Yo y Sólo Yo". El poemario "Azalaren Kodea", es decir, "El código de la piel", recibió el Premio Nacional de la Crítica en el año 2000: "Nunca desgarré el himen de la nostalgia, la dulce membrana de memorias que embellecían aquel viejo amado amor. Nunca manoseé el pasado, el volumen del único reino capaz de vivir en sus fronteras. Nunca arrojé besos mojados en adioses a la boca oscura del olvido. Nunca abaraté en el tesoro de la vida el oro de sus últimas turbias lágrimas. Nunca dejé que su dolor reventase a merced del caballo de la ira. Aún no me he subido al alma el yo pecador. Aún, por desgracia, no me ha subido a la cara la vergüenza: pues nadie puede, ni siquiera en voz baja, denunciar las falsas confesiones de este falso poema". Un estilo literario sumamente descriptivo, personal, donde la memoria muestra retazos intimistas, detalles ligados al tiempo, con cierta nostalgia y poco arrepentimiento. No podía dejarlo para otro día, era de justicia no postergarlo, enhorabuena, Miren Agur Meabe, larga vida a la poesía.

Imagen: Miren Agur Meabe



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