El desayuno

 Carmen y Belén son las primeras en madrugar, el olor a tostadas recién hechas y el aroma del café, inconfundibles. Pero no quiero abrir los ojos, sigo durmiendo. "Dessus, allez, la table est servie, a déjeuner". Carmen tira de la sábana dejando los pies al aire. "Ni croissants, ni churros", "deja de quejarte y espabila, figura, después el baño para mí, tendrás que esperar, aquí tienes la prensa". "Qué tal en Marbella". Carmen quedó ayer con Fanny, que vive en Marbella, una amiga de muchos años, para comer en La Gaviota, con Antonio Banderas y Nicole Kimpel. Sale el tema de Ivonne Blake. Sí, la conocí en el primer montaje del musical La Bella y la Bestia, en Madrid. La visité dos veces en su casa de Miraflores de la Sierra, hace de esto, veinte años. Entrañable, sensible, inteligente, con gran sentido del humor. Fue presidenta de la Academia de Cine tras la dimisión de Antonio Resines, fallecería en julio del 2018, por un ictus, además, era íntima de una persona importante en mi vida y que fue mi pareja siete años. "Connaissez-vous, Antonio". "Cené con él y Emma Thompson cuando rodaban Imagining Argentina, no volvimos a coincidir". De Marbella tengo buenos recuerdos, conocí la ciudad invitado por Jesús Gil y su mujer, María de los Ángeles Marín Cobo. A cuerpo de rey, la verdad. Trabajaba en El País, viajaría más veces, tiempo después, por el caso Malaya. "Oye, pájaro, prueba esta tostada de manzana con menta", "de miedo, que rica", "son del Monasterio de Santa Paula, compré varios tarros, de calabaza con naranja, higos y frambuesa, placer de dioses". Belén siempre tan acertada. Recuerdo el pan de higos y almendras, en Lisboa. "Délicieux, tu sais te souvenir du meilleur de la vie". Risas, casi me atraganto. Natacha y Helena en Tarifa, hasta el domingo. Noches románticas a la luz de las velas en esta maravillosa Sevilla. Que pereza volver al despacho el miércoles. "Voy a echar de menos el pisito". Silencio y cierta melancolía, una semana por delante de vacaciones, todavía, que alegría. Apurar el instante, saborear los momentos únicos, el calor de la compañía, las miradas amigas, el agarre de una mano, una caricia. De fondo, Apri le luci e mira, de Vivaldi: "Apri le luci e mira, il mio constante affetto, per te il mio cor sospira, e non l'intendi ancor". El grito en el cielo. Erbarme dich mein gott, de J.S. Bach, esa entrada la reconocería hasta en el infierno. Preparaba siempre los exámenes con esta pieza, una y otra vez, como una obsesión. La Pasión según San Mateo, Apiádate de mí, Dios mío. Obsequio de una novia, amor de juventud, aspirante a escritora que, justamente, este verano, ha publicado con gran éxito otra novela. La vida es larguísima y las horas eternas. Discrepo con Borges y coincido con T.S. Eliot. Solo los papagallos repiten hasta la necedad acerca de la brevedad de toda una vida, mentira. Son casi las once, una ducha rápida y a caminar, Carmen mira de reojo: "vale, que sí, que ya voy, chica".

Imagen: Jacek Yerka/elblogdelatabla.com


Apri le luci e mira







Entradas populares