Marnie y pulgas

 Marnie es una pocholada. Simón mira a Dorothy moviendo la cola, es la primera cita. "No los doy hasta que cumplan tres meses". Los cuatro cachorros, blancos como la nieve, maman desesperadamente con los ojos cerrados. Dos machos y dos hembras. Belén señala la mía, adorable, una nube de azúcar. "Ven, vamos a darle unas galletas a los perros, pobres. Tengo gazpacho fresquito, limonada, sangría. Que te apetece". "Limonada". "Oye, ayer no te pregunté, que prefieres, carne o pescado, para la cena de mañana, digo". "A ver, oriéntame, que dicen las cartas". Belén tiene una risa contagiosa. "Lenguado, me sale exquisito". Decidido. "Voy a por una cosa, siéntate ahí y picotea, pájaro". Lomos de atún, queso de cabra, cebollitas en vinagre y aceitunas rellenas. "Te leo un poema y  tienes que decir el autor, a ver si aciertas". "Ostras, caracoles, mola el reto". El poema dice así: "Ven, apiadémonos  de aquellos que tienen más que nosotros. Ven, amiga mía, y recuerda que los ricos tienen sirvientes y no amigos, y nosotros tenemos amigos y no sirvientes. Ven, apiadémonos de los casados y  los solteros. La madrugada entra de puntillas como una dorada Pavlova, y yo estoy cercano a mi deseo. Ninguna cosa en la vida es mejor que esta hora de clara frescura, la hora en que despertamos juntos". "Es norteamericano, Ezra Pound". Poeta, músico y ensayista, nacido en 1885, en Hailey, Idaho. "Exacto, mereces un premio, sin vuelta, un regalo". Historia de las pulgas que viajaron a la luna, de Kobo Abe. Recordaba algo del autor, pero la obra no la había leído. "Con ingenio y sutileza, Abe combina las exploraciones temáticas de la ficción científica y los recursos expresivos de la narrativa policial para generar situaciones tan absurdas como misteriosas. Empleados, oficinistas, suicidas, maleantes, marcianos, lunáticos, dictadores, científicos y desocupados que, por lo general, funcionan como pícaros o vividores; enfrentan un espectro de tensiones y problemas que muchas veces encuentran salidas tramposas que solo llevan al caos. Parodia e ironía para revelar la lógica perversa de ciertos sistemas y las paradojas de una época signada por la guerra fría, la carrera espacial, la búsqueda de soluciones a cualquier precio o la búsqueda del confort en medio del congestionamiento, los ruidos y la contaminación de las ciudades altamente pobladas". Sorprendente, una lectura emocionante, sin duda. El tapeo, de lujo. La compañía, sin parangón. Los perros, encantados de la vida. Fuimos hasta la Plaza de Las Salesas.  Solo cinco adolescentes en un banco poniendo a toda pastilla "hora y cuarto", lo último de Ana Torroja y Alaska. Alucina, vecina.





Hora y cuarto.

Entradas populares