Antonio, no jodas

 "La policía le pide los papeles a Antonio López mientras pinta en la Puerta del Sol". Los papeles de la paella, la papelina, el papelón. Ya sabíamos que la cultura importaba un rábano, el primero en enterarse fue Pablo Picasso que no regresó jamás a España. Alberti, se arrepentía y Lorca, ni lo contó. Los versos de Miguel Hernández, a martillazos. En Estados Unidos hasta el último perro hubiera reconocido a Jackson Pollock, Francis Bacon o Lucian Freud. Aquí preguntas quien escribió El Quijote y te contestan, Napoleón. El pintor Antonio López es confundido con un "perlana", poco menos que un mendigo, un don nadie, un pirado, un perroflauta. Conceptos que resumen el perfil de un artista. El hombre de Tomelloso, con obra en el MOMA, este año declaraba: "Antes de la pandemia ya vivíamos en una pandemia. Consumimos demasiado, ensuciamos demasiado, matamos demasiado". El año pasado lo bordó: "No creo que salgamos mejores de esta crisis". Bingo, macho, tremenda estocada. Ese pesimismo realista y contundente, vale más que cien frases de autoayuda. Circulen, disuelvánse, a comisaría, que te pego, leches.  Ahí viene Gila: "Está el enemigo, que se ponga". La tarambana republicana@la_tarambala  rizaba el rizo con su tuit: "En un país donde los TT son Deluxe, Terelu Campos, Olga en la Final y Benedicto XVI, queremos que la policía municipal de Madrid reconozca a Antonio López en la Puerta del Sol". Me viene a la cabeza esa letra mítica, de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, que retrató una época, 1974, Hispavox: "Señora azul, que sin contemplación, desde la cima de tu dignidad, vas a imponer tu terca voluntad, y con tu opinión medir nuestro criterio. Señora azul, de vicio criticón, sin dar la talla de profesional, señora azul, que lástima nos das, la mediocridad está en tu corazón". Libre de moscas y mosquitos, gracias a las velas de citronela, observo la noche, las luces de neón, un café a las cinco de la madrugada, bendito aroma, en silencio. Otro tuit a destacar, Llaves@pou_llaves: "Me alegra lo de Antonio López porque así se entera la gente de que, en Madrid, para poder pintar en la calle con caballete tienes que pagar una tasa municipal y esperar a que te concedan un permiso". Continúa: "Esta normativa se impuso, no con la intención de frenar a Antonio López, sino de sacar rédito de una forma de vida bastante famélica que era la de los caricaturistas y paisajistas urbanos. El resultado fue, obviamente, la extinción de los mismos". Hoy no tocó hablar de amor y mucho de indignación. Bueno, familia, cuñados, compadres, voy a confesarles algo. De estar paseando alegremente por Madrid, sí hubiera reconocido especialmente una cara, la del marchante de arte, Larry Gagosian. De hecho, aún le sigo esperando, en Sol, Plaza Mayor, donde sea, a la vuelta de la esquina. "Señora azul, sabemos tu intención, la frustración que te hace obrar así. Tú no puedes apreciar con propiedad el color de la cuestión. Porque desde la barrera sueles ver toros que no son y parecen ser". Clareando, abre el día. Buenas noches.

Imagen: Antonio López/historia-arte.com


Señora azul

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