Carmen Sarmiento

 A pie, entre Guzmán El Bueno y la Plaza de las Salesas, hay una distancia de 2,8 kilómetros, treinta y cuatro minutos caminando. Y entre esos dos puntos había una discoteca donde acudían compañeros de la profesión, agencia EFE, prensa del corazón, Lydia Lozano, Karmele Marchante, Jesús Mariñas y algunos más que se quedan en el tintero. Una porrada de nombres, como se pueden imaginar. Era el cumpleaños de Pepito de los Palotes y acudimos por obligación, con nuestras mejores galas, empapados como pollos, manos, abrazos, hasta la bola, focos, y más luces de colores. Y llegando al momento de la tarta, alguien tiró de mi chaqueta y susurró: "mira, ahí la tienes, Carmen". Siempre habrá un lugar especial en mi corazón para esas periodistas de raza, de la misma hornada y diferente trayectoria, pero con rasgos comunes: Rosa María Calaf, Nuria Ribó y Carmen Sarmiento. Pues si, allí estaba en un sofá, la primera mujer corresponsal de guerra en España. Quiero puntualizar algo que considero de enorme importancia. En el mundo de la comunicación son innumerables los nombres de profesionales ya sean en servicios informativos, programas de televisión, prensa escrita, que han llegado lejos y con gran reputación. Pero, queridos, pocos. No es el caso de Carmen. Carmen Sarmiento ha sido siempre una excelente compañera, aplaudida, admirada, desde todos los medios, de frente a frente. No fue un camino de rosas, lo sabemos. Vivió en primera persona los golpes de Estado en Portugal, Argentina, Granada y Ghana. Corresponsal de guerra en  Salvador, Nicaragua y Líbano. Para Informe Semanal, Primera Página, Objetivo, enviada especial para los informativos de TVE, Realizadora, feminista, escritora. "Una carrera profesional dedicada a dar voz a los mas desfavorecidos, los marginados, las mujeres, los excluidos". En 1984 se estrenaba "Los marginados", esa serie inolvidable dónde cosecharia éxito y prestigio. Más de treinta y cinco años dando vueltas por el mundo. Ahora, jubilada, Carmen conservaba aquella voz clara, diáfana, tajante, con carisma, el paso del tiempo no le había arrebatado ese matiz peculiar, como le ocurre a Matías Prats o al mismo José María Carrascal. Con la sonrisa ancha me invitaba a sentarme a su lado. Un montón de amigas la rodeaban. Este fue el primer encuentro con ella. Y vinieron más. Hay en torno a la figura de Carmen una calidez que abruma, serena pero con nervio. Si buscara un sabor, chocolate con naranja. Y ese clavar la mirada, no importa si la distancia es corta o larga, Carmen escucha atentamente, bajo una respuesta inmediata, rápida, una inteligencia despierta, propia de quien ha visto la vida peligrar en varias emboscadas. Tiene la piel del diablo, es un gato de siete vidas. Mira que la he recordado tantas veces, ya fuera de Madrid. Y ahora, pisando de nuevo las losas de Chamberí, huelo el aire, huele a tí. "La calle no es de las mujeres. A los hombres les roban y les apuñalan. A las mujeres las roban, las apuñalan y, encima, las violan". Anda, veo el Acueducto de Segovia, cari. Que no, Carmen, no es contigo, estaba divagando, es La Cibeles.

Imagen: Carmen Sarmiento. Corresponsal/carmensarmiento.org


Carmen Sarmiento. Periodista


Entradas populares