Divagaciones

 Ha sido un domingo tranquilo, de siesta, conversaciones y paseo con los perros, plácido, de pensar mucho y relajarme aún más. Tenía decidido subir un artículo sobre el por qué se están frenando los envíos de vacunas a diferentes países, con conclusiones, datos, fuentes y, finalmente, todo lo hice mil pedazos, acabó en la basura. En el Foro de Davos lo que se debate e interesa en profundidad son los datos económicos globales, el cambio al dinero digital y la denominada "cuarta revolución industrial". La robótica, los viajes espaciales, las construcciones inteligentes, la erradicación de la vejez en aras de conseguir, no sé si la inmortalidad, lo dudo, pero que el ser humano consiga vivir alrededor de los trescientos años con la apariencia y el vigor de apenas treinta, para cualquiera de a pie parece ciencia ficción. Con el paso del tiempo, en unas circunstancias un tanto atípicas que no voy a detallar, me he acostumbrado a ser feliz con tan pocas cosas que me sobran los dedos de una mano. Madrid alivia cualquier delirio. Jamás me estresó la capital de España, todo lo contrario. Es un remanso de paz para mí. Ya sea en compañía o en soledad, Madrid supone un rincón glorioso cerca del cielo. Querría aportarles algo acerca de esa necesidad que mantienen algunos, muchos, pocos, da lo mismo, sobre "hay que salir a la calle y demostrar nuestro malestar acerca de la violación de los derechos humanos". Acaso se han acordado de amparar a sus padres cuando los tuvieron en residencias, en esos mataderos, donde se llevó a conciencia un exterminio, y elijo bien la palabra, claramente, sin medias tintas, a saco, premeditadamente, para sablear las pensiones, no, no movieron un dedo. Entonces, a que jugamos. A Pilatos, lavándose las manos, es evidente. Y ahora, ahogados entre cuatro paredes, mermadas ayudas, salarios, trabajos, negocios, escupen al viento como reventados. Llega la próxima jugada, otro movimiento de ficha, el 14 F, las elecciones catalanas. Otra farsa, otro caramelito del Poder. Todos metidos en el cesto, ojito. Detrás, el verdadero Poder. Y votarán por correo, inútiles, pandilla de tarados. Sánchez pide la colaboración de todos, es muy importante, claro, ustedes piden ser rescatados de la ruina moral y económica, ni caso, importa un bledo, ah, pero, familia, ellos son un caso aparte. Lo que digan sus papeletas es indiferente, un cero a la izquierda. Aquí de lo que se trata es de tener dignidad. Urnas vacías. Esto sería estrategia. El golpe final. Un golpe que sí da miedo. Supongo que recurrirían al tongo, a rellenar listas de la manga, de la misma forma que fabrican partidas en los Presupuestos Generales del Estado, con ayuda de ese ministerio altamente corrupto y por el que siento un gran desprecio, Hacienda, falsas anotaciones manipuladas para mordidas, tal y tal. Lo que callan, maquillan, tapan, en complot, todos. Los unos y los otros. Da lo mismo, si por primera vez se alcanzara una abstención de más del ochenta por cien, iban a temblar. Europa lo sabría inmediatamente, habría preocupación, incertidumbre, de cara a lo que pudiera ocurrir en las generales, esa es la verdad. Anda que menudas cosas les estoy contando. Son divagaciones, lo importante pasa desapercibido, y aunque mostrase la piedra filosofal tampoco la verían. Ignoro si está relacionado con la visión o la aceptación, pero sí con el arte de la guerra y de esto el Poder sabe mucho. Nos perdemos las mejores. Verán, falla lo siguiente. El Pueblo siempre ha estado desesperado, pero nunca organizado. Ha recurrido a cabecillas que se compran y se venden con la ligereza del aire. Así se han montado las operaciones a lo largo de la historia. A la calle han salido en todos los países del mundo, en pequeña escala, porque tampoco han sido suficientes. Cuando vean imágenes por la televisión analicen fríamente, no se muestren excesivamente apasionados para ganar en objetividad. La pasión para la cama. Les aconsejan manifestarse pacíficamente. Vamos al tema. Recuerden que el Poder es como un mago. Es certero cuando vuelca sus mensajes, melodramático, teatrero, cineasta, ahí están las portadas de The Economist, por poner de muestra un botón. Una masa gris en la calle para dar la campanada de forma contundente tendría que hacerlo con antorchas. Sí, han leído bien. No a quemar contenedores y lo que se ponga por delante. En silencio, caminando con fuego. El mismo silencio que ha mantenido el Poder. Debería elegir la noche, violando toda norma de encierro para que tenga sentido y mostrar claramente un mensaje: "somos la luz que ilumina, no estamos ciegos". Es decir, somos dueños de nuestros destinos, manejamos las riendas. Y, si encima, este paso adelante se pudiera hacer coincidir con varios países, al mismo tiempo, mejor que mejor. Implica un movimiento coherente, una masa pensante. Así lo puedo imaginar. Ya ven que difícil. Esta noche he expresado algo que imaginé en dos mil ocho y jamás ocurrió, una pena. No lo tengan en cuenta. Sinceramente, elegir hacerlo de día no implica mas que seguir respetando ciertas reglas para no enfurecer a papá, un berrinche.

Imagen: Antorchas de madera medievales/etsy.com


Papá cuéntame otra vez. Ismael Serrano.

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