La masonería

 Les comenté en el artículo de La casa del Duende que hablaría de José Litrán, el médico de los pobres. Almeriense, nacido en 1.845 y fallecido en 1.889. A los veintidós años ya estaba licenciado por la universidad de Granada. Impulsor de la Tienda Asilo y de La Bienhechora, popular sociedad de socorros mutuos, nombrado Presidente Honorario. De manera más exhaustiva, profunda, extensa, Antonio Sevillano, historiador, aporta datos biográficos en El Diario de Almería con fecha del 11/10/2020. Toda su vida es de dedicación absoluta a los más necesitados, con una devoción y entrega inusual llegando a jornadas de trabajo de veinte horas al día, trasladándose a caballo dependiendo de las distancias. De pensamiento republicano y masón, perteneció a la logia Amor y Ciencia. Debido a su conducta altruista fue elevado como santo laico y benefactor, un cáncer le lleva a la muerte. El obispo Santos Zárate le niega la sepultura en el único cementerio de Almería, por masón, hay que decirlo. Es la colonia inglesa protestante la que ofrecerá poder enterrarle en su cementerio. A comienzos de la posguerra, su nombre es borrado del callejero urbano y su mausoleo profanado. Y ahora enlacemos, a lo que vamos. Que la masonería sigue estando desvirtuada es un hecho. Mucho, sí. Como el amor, la amistad, el compromiso, la honradez, el honor y las diferentes profesiones, vinculadas estrechamente a la política, a ese cáncer mundial, claro. Es sabido sobre la brillantez asociada a numerosas personalidades, desde todas las artes, áreas, mundialmente conocidas, todas pertenecientes a la masonería. Repasemos el perfil del candidato a masón. A ver, primero, moralmente, una persona intachable. Ya lo vimos en José Litrán. Servir a los demás, dar a cambio de nada. Segundo, no ser ateo, creer, sí, en Dios, el que sea. Luego añadiré algo. El Gran Arquitecto del Universo, el Creador en sí mismo, esa energía celestial, perfecta, amorosa, compasiva. Y tercer punto, estar libre de apegos materiales y mentales. Queda claro, seguimos.  Sabemos que la masonería no gustó a Franco, Hitler, Stalin, a la Iglesia católica y otras, varias. La República, ni fu ni fa, aunque algunos ostentaran cargos de cierta relevancia. Se legaliza en 1.979, dos años después que al partido comunista. En esencia, básicamente, la masonería es librepensadora y tolerante. En España son cuatro mil, en el mundo, seis millones. Ustedes creen que con esta cantidad se puede gobernar, manejar, manipular de manera tajante, determinante, a ocho mil millones de almas que vivimos en el mundo, imposible, no me lo creo. Pero vamos a seguir cortando tela. Los constructores de templos antiguos se hacían llamar "masones operativos". El Templo de Salomón en Jerusalén fue construido por ellos. Desde hace trescientos años, los masones operativos se han convertido en "masones especulativos". Todo cambia. Se transforma. Hay muchas logias y cada una tiene sus ritos. En la masonería mundial existen dos corrientes: la regular y la irregular. La primera, la regular, permite el ateísmo, no creer en Dios alguno. Aquí también entrarían las logias mixtas, hombres y mujeres. El Gran Oriente de Francia, o masonería liberal, también. Y frente a la liberal, la dogmática, la irregular, la de creyentes. Se entiende perfectamente. En cuanto a su simbología, en general, hay suficiente material publicado. Ya no es una sociedad secreta. Así, brevemente, porque la temática es extensa y habría que acudir a múltiples fuentes, juzguen, extraigan conclusiones. No escribo para polemizar pero sí para que sirva de reflexión. Ni todos son quienes dicen ser, las apariencias engañan siempre, y la verdad como Verdad no existe, no nos está revelada, como una única Verdad, matizo.

Imagen: Honor y Lealtad/norylealtad.blogspot.com



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